Todo lo que está en el pasado dejó su huella en el porvenir. Esta es la premisa sobre la que se teje “Las brujas de Monte Verità” (editorial Lumen) de Paula Klein,  una novela que entrelaza las historias de unas mujeres que, separadas en tiempos y geografías, persiguen un mismo ideal y reflexionan sobre las trampas de la vocación, el amor y la maternidad.

Sinopsis

Verónica es una profesora argentina radi­cada en París que está profesionalmente estancada y acaba de tener un hijo. El amor incondicional que siente por él no alcanza para borrar la sensación de que ser madre ha quebrado su libertad. En medio de esta crisis, decide indagar en un tema sobre el que piensa escribir un libro: las vidas de unas mujeres que la interpelan. Ellas formaron parte de un suceso real poco conocido: la creación de una comunidad naturista a inicios del siglo XX en Suiza que promovió mo­vimientos tan vigentes hoy como el fe­minismo, la libertad sexual, el poliamor o el antibelicismo. Ellas también busca­ron una utopía, fueron hippies antes del 68, se dedicaron al arte, a la danza y a la literatura. Fueron las brujas de Monte Verità. Para avanzar con su investigación y alejarse de casa, Verónica emprende un viaje con dos amigas a las montañas de Ascona. Allí, una serie de descubrimien­tos la llevan a replantearse su propio ca­mino.

La obra

Combinando la ficción y el ensayo, la autora nos muestra cómo lo íntimo se enreda con lo social, cómo el presente depen­de del pasado, pero no únicamente del propio, sino del que construyeron con mayor o menor fortuna nuestros antece­sores. Además de su dimensión de rectificación histórica, pues la comuna de Monte Verità siempre se ha contado desde la perspectiva de los hombres pioneros o “profetas”, la obra entronca con una serie de cuestiones muy actuales. Por un lado, la preocupación por una vuelta a la naturaleza, que se intensificó a raíz del confinamiento pandémico y se vuelve una opción cada vez más atractiva ante la creciente inhabitabilidad de las grandes ciudades y el cambio climático. Por otra, el deseo de una vida más comunitaria que, parte del mismo problema, surge como reacción a la fragmentación y la individualización de la vida cotidiana. Igualmente, temas tan actuales como el poliamor o el veganismo atraviesan esta novela sobre atreverse a ser libre y sobre cómo el pasado puede mos­trar la forma de lograrlo en el presente.

La parte histórica

Monte Verità fue una comunidad protohippie fundada a inicios del 1900 en las orillas del lago Mayor, en Ascona, un cantón de la suiza italiana. Empezó como un sanatorio naturista y, con el paso de los años, se transformó en una escuela de danza y de artes de vida. La comunidad, ecologista avant la lettre, fue fundada por un puñado de jóvenes que buscaban escapar de la vida en las ciudades y muy rápido se volvió un foco de experimentación de modos de vida alternativos que más tarde inspiraron a los hippies de la costa oeste americana. Los fundadores seguían los preceptos de la “reforma de la vida” alemana. Rechazaban el capitalismo y aspiraban a volver a una vida más real, en contacto con la naturaleza. Defendían el trabajo al aire libre, los baños de sol y el nudismo, pero también el veganismo, el consumo terapéutico de drogas y la liberación sexual en un combo que incluía el poliamor, las parejas abiertas y las terapias orgiásticas.

Las brujas de Monte Verità nos plantea la pregunta fatídica: ¿toda utopía está destinada a fracasar? Probablemente, pero no por eso vamos a dejar de intentar, opinarían los monteveritanos. Si, al principio, Verónica solo lograba ver las fisuras que predecían el fracaso de la utopía de Monte Verità, el viaje a Ascona le hace replantearse ese supuesto. Durante esos días, el espíritu del lugar y las voces del pasado de las fundadoras la ayudan a reflexionar sobre su crisis profesional y de pareja, y a considerar desde otra óptica las utopías paralelas que le han presentado su pareja Adrien y su amiga Lucía.

Sobre Las brujas de Monte Verità:

Las brujas de Monte Verità busca trepar a las alturas como un manifiesto contra la subestimación de la mujer”.

Ariana Harwicz

“Recorrer sus páginas es asomarse a una investigación apasionante y también al origen de movimientos como el flower power, los hippies, los veganos o los hipsters. Incluso las canciones de los Beatles se anuncian en este grupo que hizo de su presente un análisis doloroso y lúcido de nuestro porvenir”.

Clara Obligado

“Una de las mejores novelas que he leído este año”.

Rodrigo Rey Rosa

“Un relato misterioso y sorprendente sobre el pasado -y el futuro- de las utopías”.

“Paula Klein encuentra la semilla de destrucción en el corazón de todas las utopías. Un relato inquietante sobre una de las obsesiones contemporáneas: la de cómo vivir bien”.

Marina Yuszsuck

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