«Tómatelo con calma, pero con interés»
(Thomas Pynchon, V)
El vanidoso objeto de deseo,
inorgánico, inmutable,
un relleno de las propias pasiones,
frustraciones,
falsamente dorado,
haciendo frente al mundo,
uno muy de mierda,
uno desprestigiado,
sin capacidad de razón,
otorgador de odiseas berretas,
repleto de malos lectores,
dador divino de tesoros
que nadie quisiera.
El vanidoso objeto de deseo,
vacío de alegrías,
repleto de estereotipos,
un esquema de poder
sobre su lomo brillante,
un mapa traductor de malas intenciones,
de un estatus quo,
inmovilidad
de lo que no es,
grito congelado de amor,
viaje sagrado
sin santidad,
único estilo de vida
que mata o muere
pero que no puede vivir ni morir,
una adivinanza
siempre igual,
sin desenlace,
significados encadenados,
ausencia de libertad
o independencia mal entendida,
falsa moneda de cambio
devaluadamente valorada,
capacidad de transgresión
que no cambia nada,
gatopardo vanidoso objeto de deseo,
con débil y aburrido brillo,
en lo profundo de la oscuridad,
testigo de un tiempo sin tiempo,
movilizador de códigos,
puente sin soporte,
camino de un solo sentido,
motor sin principio ni fin
o con un fin que es el vacío,
canto de sirena,
mudo despertar de gorriones,
horizonte cenital
sempiterno
mismo y continuo,
comienzo sin motivo,
valor agregado
sin sustancia,
dulce y amargo,
insensible,
desquicio de lo ajeno,
desmesura de los otros,
paraje fijo y sin descanso,
karma de caminantes
desesperados siempre
y que saben que al mirarlo,
vanidoso objeto del deseo,
entregan su tiempo
que sí madura
hasta ponerse
todo negro.
*Un poema como una pared en la que se puede volcar todo lo que una persona quisiera poner en palabras en todas las situaciones que la mantienen con insomnio y mucha hambre de justicia, larga larga larga:
*******************Humildemente, Juan*******Un poema que por ahí ya escribí, con una música que por ahí ya había compartido********************